II Han crecido en mis manos tumbas en las que busco el tiempo, inacabable, crecido sobre pétalos que tejen aires viejos de ventana. Se abrió en el bosque un pájaro. Cruzó este muelle en blanco, resentido, como un río por debajo de una puerta, como un conejo buscando entre esquinas los corredores, viendo cómo el cielo se iluminó de alondras, cómo no dejo que se me siembre el futuro, brisa del color de mis manos, brisa de laso, jugando con el día que se acaba, sin dar ningún racimo a nadie, ninguna sonrisa absuelta, imaginando en la paredes de mi casa los cuadros que pinté cuando pudiera confiar en mis manos, las alondras que rodarán mis sueños, pero solo tengo este futuro seco, color de huevo, olor a casa mojada, de modo que aún sonriendo. Caracol Cuando me hiciste otro, te dejé conmigo. Antonio Porchia Aquí estoy dentro de tu mirada buscándome ayer te dormí mi boca fueron tus ojos quise enterrar tu cuerpo y encontré el mío dibujas dentro de mí como quien siembra lejanía apágame devuelve ya mi rostro de manos gastadas aún giran nuestros párpados hacia tus labios o los míos avientos hilos sobre tus palmas mojadas hoy no daría ninguna mañana por ti te quise dentro de mis párpados y mi respiración te siente cruzo el peso de cobijas y entre cada esquina húmeda con las manos tapándome los ojos no hallo forma que no tenga ni tu olvido ni tu voz falta que se enreden mis lágrimas en la sombra que respiró dentro de nuestras habitaciones me rehúso a guardar la espalda entre tus piernas entonces guardarte como pájaro en capilla respirarías la madera de tu cuerpo reunido lo que te mantuvo cerca fue el peso de las piedras rodando en nuestros ríos cruzo tu piel para que mojes el cielo noche en que recordamos la obscenidad de la infancia tus manos se han pegado a mis párpados como pájaros saliendo de sus cuevas si el sol se arrastra hasta sus fondos ¿porqué convertimos el deseo en pérdida cuando se vuelve un cuerpo abrazado a sí como un caracol sobre una cama tendida? anhelo te rompa la estatura y toque mi rodilla no ser la estatua que vea de lejos como van palpándose el cuerpo distraídos. No me ocupo de ti al recordarte. |